Las somatizaciones

Su etimología, proviene del griego “soma” o “somatos” que significa “cuerpo”, y las sílabas consiguientes “izein” significan “convertir en”. Como podemos ver, la etimología de “somatizar” nos arroja pistas suficientes que apuntan a que se trata de la conversión conflicto psíquico en sintomatología física.

En la vida diaria, es común escuchar frases como «me duele el estómago de los nervios» o «me duele la cabeza de tanto estrés». Estas expresiones reflejan un fenómeno que en psicología se conoce como somatización: cuando el cuerpo manifiesta físicamente el malestar emocional o psicológico que no podemos o no sabemos expresar de manera consciente.

La primera persona en definir este concepto fue el psicoanalista Wilhelm Stekel, utilizando un término en alemán que literalmente significaba “el lenguaje de los órganos”. Con esto, se quería referir a un hipotético proceso en el cual un individuo no podía defenderse de manera natural frente a la ansiedad. Esto derivaba en un afrontamiento mucho más visceral: a través de los órganos.

¿Qué son las somatizaciones?

Pero primero, vamos a aterrizar las ideas. Para ello, os hacemos algunas preguntas ¿Alguna vez estando de exámenes has tenido una especie de dolor crónico de tripa, te daban ganas de vomitar o de repente comenzabas con diarreas? ¿Quizá has notado que se te caía más el pelo cuando pasabas una mala racha? Tal vez ¿Sentiste una falta de interés sexual en una época agobiante en el trabajo?

También puedes haber tenidos irregularidades en la menstruación, cefaleas (dolores de cabeza), una sensación de ahogo constante, taquicardias, tensión y dolor en los músculos… incluso, aunque parezca imposible ¡intolerancias alimenticias! Como vemos, estas situaciones enunciadas, son muy comunes.

Esto dicho, las somatizaciones son la aparición de síntomas físicos sin una causa médica aparente, pero que están directamente relacionadas con el estado emocional o psicológico de una persona. Cuando los exámenes médicos no encuentran una causa física para estos malestares, es posible que el origen esté en nuestra mente. El cuerpo, en su intento por gestionar el estrés, la ansiedad, el miedo o incluso la tristeza, convierte estos sentimientos en síntomas físicos.

¿Por qué ocurren las somatizaciones?

El estrés emocional que no se procesa de manera saludable puede buscar una vía de escape a través del cuerpo. En muchos casos, las personas que experimentan somatizaciones no son completamente conscientes del conflicto emocional o psicológico subyacente. Esto puede deberse a la tendencia de minimizar o reprimir los sentimientos, o a una falta de herramientas para gestionarlos adecuadamente.

Algunas causas comunes de la somatización incluyen:

  • Estrés crónico: Tanto en el trabajo como en la vida personal, el estrés puede acumularse y afectar el sistema nervioso y otros sistemas del cuerpo.
  • Ansiedad: La preocupación constante y la incapacidad para relajarse pueden desencadenar síntomas físicos como tensión muscular, palpitaciones o dificultades para respirar.
  • Conflictos emocionales no resueltos: Las emociones reprimidas, como la ira, la tristeza o el miedo, pueden transformarse en síntomas físicos.
  • Eventos traumáticos: Las experiencias traumáticas no procesadas adecuadamente suelen dejar una huella en el cuerpo.

¿Cómo se puede tratar la somatización?

El tratamiento de la somatización implica tanto atender los síntomas físicos como trabajar en el origen emocional o psicológico. Algunas estrategias útiles incluyen:

1. Psicoterapia: Trabajar con un profeional de la psicología puede ayudar a identificar y procesar los conflictos emocionales subyacentes.

2. Técnicas de relajación y manejo del estrés: Practicar ejercicios de relajación, como la meditación, la respiración profunda o el mindfulness, puede ayudar a reducir el impacto del estrés en el cuerpo.

3. Actividad física: El ejercicio regular es una excelente manera de liberar tensiones y mejorar el estado de ánimo, lo que puede reducir la aparición de síntomas físicos relacionados con el estrés o la ansiedad.

4. Educación sobre la conexión cuerpo-mente: Es fundamental comprender cómo nuestras emociones y pensamientos pueden afectar nuestro bienestar físico. Aprender a prestar atención a los mensajes que nuestro cuerpo nos envía puede ser clave para prevenir futuros episodios de somatización.

Conclusión

La somatización es una señal de que algo en nuestra vida emocional necesita atención. Ignorar estos síntomas puede llevar a un círculo vicioso donde el malestar físico y emocional se alimentan mutuamente. Si reconoces alguno de estos síntomas en ti mismo o en alguien cercano, es importante buscar apoyo.

Recuerda: cuando la mente calla, el cuerpo habla. Escuchar sus mensajes es el primer paso hacia una vida más equilibrada y saludable.

Desde Psicología Tres medios te mandamos un abrazo.